Las provisiones se aplican a los préstamos con retraso en sus pagos. Cuando una empresa no reembolsa a tiempo, suele ser señal de dificultades financieras. Existe la posibilidad de que la empresa no pueda devolver el préstamo y cuanto más tiempo se retrase en sus pagos, mayor será esta posibilidad. Para reflejar este hecho en el valor de un préstamo y prepararte para una posible pérdida, aplicamos una provisión al capital pendiente de tu préstamo.

Aplicamos una provisión en función del retraso de la empresa en el pago de sus cuotas. Por tanto, las provisiones están vinculadas al estado de salud de un proyecto:

Si una empresa se pone al día con sus reembolsos, se eliminan las provisiones.

Consideramos que una garantía estatal es una garantía fuerte. Por lo tanto, no aplicamos una provisión al importe cubierto por la garantía estatal. Al fin y al cabo, la probabilidad de que el Estado no devuelva la garantía es pequeña.

Sin embargo, para asegurarnos de que también tenemos en cuenta la posibilidad de que no se pueda ejecutar la garantía, aplicamos una provisión al importe cubierto una vez transcurrido cierto tiempo desde la finalización del préstamo. Las provisiones para un proyecto garantizado por el Estado son las siguientes:

Las provisiones aparecen en varios lugares de tu cartera:

Es importante entender que una provisión no es lo mismo que una pérdida. Mientras exista la posibilidad de recuperar (parte del) préstamo, no consideramos que un proyecto se haya perdido. Por lo tanto, una provisión se convierte en una pérdida cuando no hay ninguna posibilidad de recuperar el capital pendiente y se pagan las posibles garantías. Normalmente esto se combina con un certificado de incobrabilidad, o similar, que recibimos de un tribunal que gestiona el procedimiento de insolvencia.